Manzanas salteadas con ajonjolí

Una receta muy natural y fácil de hacer para cualquier persona, aunque no se le dé bien realizar postres. Resulta muy rápido de hacer, apenas hayas empezado ya lo habrás terminado.

Además resulta muy socorrido para momentos de visitas no anunciadas como “postres de urgencias”.

Quizás nunca has oído hablar del ajonjolí, no te agobies, no es más que las semillas de sésamo. Se le puede llamar de las dos formas, siendo “sésamo” una derivación del latín “sesámum”. Y la palabra ajonjolí una variante del árabe “al-yulyulán”. Aunque están hagan referencia a las semillas más madura.

Ingredientes para 4 personas:

ñ  4 manzanas grandes ácidas

ñ  4 cucharadas soperas de ajonjolí (granos de sésamo)

ñ  2 cucharadas soperas de azúcar

ñ  4 cucharadas de mantequilla

ñ  unas ramitas de menta

Preparación:

Ir calentando el horno a temperatura 180-190ºC, hasta que esté bien fuerte. Preparamos la placa del horno repartiendo en la superficie el sésamo o también llamado ajonjolí y lo introducimos en el horno durante ½ minuto, hasta que se tuesten bien.

Mientras se tuesten, sacudimos la placa para que se tueste bien y transcurrido el tiempo retiramos las semillas y las conservamos en un plato.

Pelamos las manzanas. Partimos por la mitad horizontal y retiramos el corazón. (Si tenemos un sacacorazones no hará falta y resultara más fácil). Y empezamos a rebanar la manzana formando aros de 0´5 cm.

Colocamos las rebanadas en una fuente y espolvoreamos azúcar el solo la parte superior de ellas.

Ponemos una sartén grande, con un poco de mantequilla, y la calentamos al fuego. Introducimos las manzanas y doramos por uno y por otro lado durante ½ minutos.

De nuevo espolvoreamos azúcar, le damos la vuelta con la espátula y salteamos ½ minutos más, hasta que se quede ñoña o tierna, acarameladas.

Sacamos la manzana pochadas en una fuente formando una corona de una forma decorativa a nuestra elección. Una vez colocadas, espolvoreamos el ajonjolí que habíamos horneado anteriormente.

Servimos caliente, adornando el centro con unas ramitas de menta.

Conservación:

En este postre se suelen hacer las rodajas justas para consumir en el mismo momento. Ya que se come recién hecha y calientes. Si sobran podemos aprovecharlas acompañándolas de nata montada o algún zumo, para comer y que no nos resulten demasiado secas al enfriarse.

En cualquier caso, nunca conservaremos más allá de un día para otro.