Todavía recuerdo a mi amigo Samuel diciendo “¡Macho! Eso tie’ que’star güenísimo”. Sí toda la finura que mi colega tiene en el paladar se convierte en torpeza en canto abre la boca para algo que no sea saborear una buena comida. Por eso sólo liga cundo él es el cocinero y no habla demasiado.
El caso es que dimos con la receta por casualidad –los detalles no vienen al caso-, la probamos y hoy me siento en la obligación moral de compartirla contigo, así que, ponte el mandil, el gorrito si lo tienes y pasa conmigo a la cocina.
Ingredientes:
A ver: despeja la mesa y coloca sobre ella doscientos gramos de galletas María, 125 de mantequilla, 600 de queso blanco para untar –Philadelphia, para que nos entendamos, aunque puede ser cualquier otro-.
También vas a necesitar trescientos gramos de yogurt, ocho láminas de gelatina, 125 gramos de azúcar, dos latas de peras en almíbar y canela. Con estos ingredientes tendrás para unas diez o doce raciones.
Preparación:
Lo primero que vas a hacer es poner la mantequilla a fundir, por ejemplo en el microondas, mientras pulveriza las galletas María por el método que mejor te venga: yo las pongo contra la pared en una bolsa y pego sobre la bolsa la cara de mi jefe… Se te quedan los nudillos hechos polvo, pero las galleas acaban reducidas a harina.
Mezcla ahora la mantequilla fundida y lo que antes eran galletas. Reparte esta masa por el molde, presionándola con el dorso de una cuchara. Bien compacta. Eso es.
Ahora, escurre las peras, dejando el almíbar en el recipiente. No te lo bebas. Hazlas puré (¡qué violenta es esta receta!) en la picadora y resérvalas. En la misma batidora mezclas el queso y el yogur, añadiendo luego el azúcar.
Siguiente paso: pon seis de las láminas de gelatina en un bol con agua fría. Cuando estén hidratadas, escúrrelas ¿Recuerdas que habías reservado el almíbar de las peras? Pues caliéntalo añádele las láminas, dándole vueltas hasta que se disuelva la gelatina. Espera a que se enfríe un poco y mézclalo con la crema de queso
Se te ha quedado una crema, ¿verdad? Pues viértela en un molde desmontable y mételo, como poco, una horita en la nevera.
Cuando ya casi haya pasado la hora, hidrata las otras dos láminas y deshazlas calentándolas en otro poco de almíbar, mézclalas con el puré de peras y repártelo con suavidad por encima de la tarta. Ponlo todo de nuevo en la nevera para que cuaje durante 3-4 horas más.
Antes de servir la tarta, desmóldala y espolvoréala con un poco de canela.
Recuerda:
Doscientos gramos de galletas María
Ciento veinticinco gramos de mantequilla
Seiscientos gramos de queso blanco para untar.
Trescientos gramos de yogurt
Ocho láminas de gelatina
Ciento veinticinco gramos de azúcar
Dos latas de peras en almíbar
Canela