Este postre resulta uno de los más versátiles que hay, ya que nos puede servir a la hora de rellenar bizcochos, magdalenas, tartas o cualquier cosa que se nos ocurra. Sólo hace falta imaginación.
La receta como crema, tal cual, tiene su origen en Inglaterra. Donde recibe el nombre de Lemon Curd. Una receta ideal en cualquier estación del año.
Ingredientes para 4 personas:
1,2 dl de crema de leche (también se puede usar nata para postres, crema de queso tierno o leche, según queramos)
100 gr de azúcar
3 hojas de gelatina incolora
3 huevos
1 limón
50 gr de limón confitado
Azúcar
Una pizca de sal
Preparación:
En un cazo de agua fría, echamos la gelatina para que se vaya ablandando durante unos 10 minutos. Reservamos.
Separamos las yemas de los huevos, las claras las reservamos. Y las batimos junto con el azúcar, hasta que tenga una apariencia espumosa y clara.
Cogemos el limón, lo lavamos y exprimimos reservando el zumo. Seguidamente rallamos su cascara.
Cogemos un bol o tarro que aguante el calor y le metemos la crema de leche, la ralladura de limón y la crema resultado de las yemas. Las pondremos al baño maría dejando que hierva suave y removiendo hasta que veamos que espese.
Mientras, ponemos en otro cacito a calentar el zumo extraído del limón. Cuando esté caliente meteremos las gelatinas hasta que se disuelvan hasta que se tamicen. Dejaremos que se enfrié y añadiremos a la crema.
Con las claras de los huevos que habíamos desplazado para después, las empezamos a batir con una pizca de sal hasta que se pongan a punto de nieve. Una vez estén, las añadimos también a la mezcla.
Empezamos a montar el postre, que necesitará un soporte individual. La mejor forma será en 4 copas, ya que queda muy elegante y estético. Para ello, antes de nada los recipientes tienen que estar enfriándose cubiertos con agua fría y poner en la heladera unas 2 horas antes servirlo, para que estén cuajados.
Consejos:
Ya sólo nos queda decorar el postre a la libre imaginación de cada uno. Una forma puede ser con un poco de ralladura de limón, una tira de corteza que juegue con el borde de la copa o una ramita de hierbabuena o menta, que la dará mayor frescor a la crema.
Conservación:
Este postre se hace siempre para comer en el momento. Aunque puede reservarse, nunca más de un día y sin que esté nunca a temperatura ambiente. Es mejor no volver a guardarlo, por romperse el ciclo del frío.