Gominolas caseras

¿Cuántas veces has pensado o sentido que te darías, con gusto, un buen atracón de gominolas? ¿Y cuantas veces has decidido no hacerlo porque es de todo menos sano? Bueno: no te voy a decir que estas gominolas caseras sean buenas para una dieta de adelgazamiento. Todavía no soy tan cínico. Pero lo cierto es que son mucho más sanas que las industriales. Y más sabrosas.

Sorprende a quien quieras sorprender con unos sabores y texturas que no se esperan. O date el gustazo de ponerte una peli en el deuvedé y cómete una buena cantidad de golosinas sabiendo que tu cuerpo se va a resentir mucho menos y tu paladar te lo agradecerá infinitamente más.

Foto: abuelamalia49 en flickr

Ingredientes:

Desde luego, esta receta no puede ser más sencilla, y con unos ingrediente tan fáciles de encontrar. A ver: pon en la mesa un sobre de gelatina de fresa, otro de gelatina de naranja y otro de lima –por ejemplo, ya que puedes usar los sabores que más te gusten, aunque te recomiendo que uses gelatinas con un punto ácido-. También vas a necesitar tres paquetes de gelatina neutra en hojas, 200 gramos de azúcar y 200 mililitros de agua.

Preparación:

Para empezar, pon el agua en un cazo e hidrata todo un paquete de hojas de gelatina neutra. Hecho esto, pon el cazo al fuego y añade el azúcar, mientras remueves el contenido con unas varillas. Sin prisa, que nunca es buena en la cocina.

Cuando esté todo completamente disuelto, incorpora uno de los sobres de gelatina de sabor  y deja la mezcla al fuego hasta que ésta sea homogénea, removiendo en todo momento y sin que la gelatina llegue a hervir.

Una vez que la mezcla sea homogénea, pásala a un molde untado con un poco (muy poco) de aceite. Deja que se enfríe el líquido y mételo a la nevera durante unas cuantas horas (de nuevo, te recuerdo que prisas son malas consejeras en la cocina). Repite la misma operación con los otros dos sobres de gelatina.

Pasadas unas horas (cinco o seis), saca las ya gominolas con cortapastas de formas simpáticas: ositos, lunas, estrellas… Tú mismo. Disponlas sobre una bandeja o un paño y rebózalas en azúcar.

Cuando las tengas convenientemente rebozadas, mételas de nuevo a la nevera, si es posible en un bote hermético, durante otra horita.

Recuerda:

Un sobre de gelatina fresa

Otro sobre de gelatina naranja

Un sobre más gelatina lima

Tres paquetes de gelatina neutra en hojas

200 gramos de azúcar

200 mililitros de agua

¡Al fin! Una golosina sana, fácil de preparar y que te mantendrá un ratito ocupado.