Melindres

Los melindres son una especie de rosquillas pequeñas y cubiertas por un glaseado de azúcar, muy típicas de la zona de Pontevedra aunque se encuentran en toda Galicia. El secreto de este delicioso bocado está en realizar un buen glaseado, espeso, generoso y dulce, que les dará el toque que todo el mundo adora.

Ingredientes de los melindres

Melindres:

250 gramosde harina de trigo

6 yemas de huevo

1 cucharada de manteca cocida de vaca (se puede poner mantequilla pero no sabe igual)

Glaseado:

4 tazas de azúcar blanco

2 tazas de agua

Según la zona de Galicia se le añaden diferentes ingredientes, como harina de almendra, anís o miel. Yo prefiero la receta básica, pero que sepáis que son totalmente “tuneables” y se pueden adaptar al gusto del consumidor. A mi personalmente me gustan con un toque de semillas de cardamomo en la harina. El cardamomo es el responsable del sabor especial que tienen los donuts. Un par de semillas bien molidas en la harina les da un aire diferente, aunque si es la primera vez que los vas a preparar, quédate con el sabor original y luego innova.

Preparación de los melindres

Melindres:

Lo primero que haremos será calentar la manteca para fundirla totalmente. La revolvemos de vez en cuando mientras enfría un poco para que no cuaje y cuándo esté casi a temperatura ambiente la mezclamos con la harina y con las yemas batidas y amasamos enérgicamente. La masa tiene que despegarse totalmente de la mesa y estar bien ligada.

Cortamos y hacemos rosquillas pequeñas, podemos coger como medida el dedo, poniendo la tira alrededor de el y cerrándola, o mejor aún, hacer pequeñas bolitas y luego agujerearlas con el dedo. Cuándo el melindre crezca al cocer, no se notará a penas el agujero, pero es normal y es así como son.

Se colocan sobre la bandeja del horno cubierta con papel de hornear para evitar que se manche y que se peguen y dejamos que repose durante media hora.

La masa no lleva azúcar ya que el melindre va totalmente cubierto de glaseado. Algunas personas prefieren ponerle azúcar en la masa pero para mi gusto queda excesivamente empalagoso.

Se hornean a 220 grados hasta que vemos que tienen un color doradito y entonces los sacamos. Es mejor dejarlos enfriar y asentar hasta el día siguiente.

Glaseado:

Se prepara el jarabe con el agua y el azúcar, en un cazo, a fuego lento hasta que alcance el punto de hebra, es decir, cuando al sacar la cuchara del cazo se formen hilos. Bañamos los melindres generosamente y por ambos lados. Usaremos unas pinzas para eso y dejaremos que sequen. Si una vez que el glaseado ha secado los guardas al vacío, pueden aguantar varias semanas.