En estas fechas, quien más quien menos, recuerda lo que hacía el cinco de Enero cuando era un niño, cando los Reyes Magos eran Melchor, Gaspar y Baltasar y venían de un lugar, que no aprecia en los mapas, llamado Oriente. Uno buscaba explicaciones a por qué sabían si se portaba bien o mal o a cómo eran capaces de repartir los regalos en sólo una noche.
Recuerdo que un par de semanas antes de la llegada de los Reyes me portaba especialmente bien (no era al chico, de todos modos) para asegurarme de que me traerían el “Juego de agua Geyper” o el cochecito de “Guisval”. Y recuerdo la tarde del 5 de Enero, en la que no era capaz de estarme quieto, de los nervios que tenía.
Otro de esos recuerdos, en este caso con sabores y olores era el postre, que comíamos a mediodía, en la cena y, mojado en leche, al día siguiente: el roscón de Reyes. Se trata de uno de esos dulces sin los que, de acuerdo, podríamos pasar… Pero la sobremesa del día de Reyes no iba a ser lo mismo.
Aparco unos minutos la nostalgia y te acompaño a la cocina para que, entre los dos, elaboremos este postre que tan gratos recuerdos nos trae.
Ingredientes:
Vamos a necesitar cinco cucharas de mantequilla, una taza de azúcar, cuatro huevos, una cucharadita de vainilla, dos cucharadas de ron, ralladura de un limón, do tazas de harina de trigo leudante, una lata de crema espesa (tal vez de debería haber advertido de que no es precisamente un postre para adelgazar), una taza de frutas confitadas media taza de pasas y, si te apetece, media de nueces.
Preparación:
Es muy fácil: empieza por batir la mantequilla hasta que esté cremosa, añádele el azúcar, los huevos uno a uno, la vainilla, el ron y la ralladura del limón. Hecho eso, vas incorporando la harina, alternándola con la crema espesa.
Cuando lo tengas todo bien batido, le añades los demás ingredientes (frutas confitadas, pasas y nueces), mezclándolos muy bien. Ahora viene cuando viertes la masa en un molde con hueco en el centro, convenientemente enharinado y engrasado. 45 minutos al horno a 220 grados durante tres cuartos de hora.
Que repose diez minutos, desmóldalo y decóralo a tu gusto.
Recuerda:
Cinco cucharadas de mantequilla
Una taza de azúcar
Cuatro huevos
Una cucharadita de vainilla
Dos cucharadas de ron
Ralladura de un limón
Dos tazas de harina de trigo leudante
Una lata de Crema Espesa
Una taza de frutas confitadas
Media taza de pasas
Media taza de nueces (si te apetece)
Es un postre, como ves, muy fácil, que apenas te ocupará una hora.