Tarta de San Marcos

La tarta de San Marcos es un dulce muy típico sencillo de realizar y que gusta a todos los comensales. Una opción excelente para servir en la sobremesa en compañía de familiares y amigos y pasar un rato agradable charlando. Una opción muy adecuada para aquellas personas a las que pese a que les gusta experimentar en la cocina, hacer platos y postres especiales y golosos no disponen de demasiado tiempo para realizarlos. Con una dificultad de grado medio y un tiempo de cocinado muy reducido es una opción que no puedes dejar pasar para agasajar, en tu casa, a todos tus seres queridos.

Ingredientes necesarios para la elaboración del postre:

Se trata de un dulce que requiere de una gran cantidad de huevos, una media de 8 lo más frescos posibles, ¼ de nata montada, 100 gramos de chocolate fondant, que podrás encontrar en cualquier centro especializado en repostería o, incluso, en los grandes supermercados, pues cada vez más se ha extendido su utilización, 50 gramos de mantequilla, una cucharada de café descafeinado, azúcar blanco, harina de trigo, coñac y azúcar glas.

Modo de elaboración:

En un bol se baten cuatro huevos mezclando un poco de azúcar, aproximadamente tres cucharillas pequeñas, y se va removiendo cuidadosamente con ayuda de una varilla de cocina hasta que la textura resultante sea espumosa as imple vista. A continuación, habrá que espolvorear con harina triga hasta que se consiga una masa totalmente homogénea.

Mientras la  masa se encuentra reposando e una bandeja o molde, cubierta con papel de aluminio previamente, se unta de mantequilla y una ligera capa de harina, transcurridos unos minutos la masa que había sido retirada se coloca sobre él y se introduce en un horno de potencia media a una temperatura de 100 grados hasta que esté cocida. En este proceso habrá que ir vigilando y echando un ojo a la textura, color y forma que va adoptando para que nos e pase o se pueda quemar.

Cuando tome la forma exacta se retira, con mucho cuidado para evitar quemaduras, se retira del molde, con ayuda de la punta de un cuchillo, y se corta en tres grandes trozos para reservarlos para después.
 

Preparación de la textura adecuada:

Será necesario batir la mantequilla con otro poco de azúcar e ir añadiendo los huevos restantes, únicamente las yemas, haciéndolo de una en una de forma cuidadosa para que sea más sencillo alcanzar la textura deseada con cuerpo espumoso. Esta parte requiere de mucha paciencia, poco a poco los distintos elementos han de ir integrándose de un modo natural.

Las claras no se desechan sino que se reservan para cuando sean necesarias en un recipiente aparte. Mientras tanto, en un cazo se caliente el chocolate fondant, si bien también es posible realizarlo en un microondas prestando especial cuidado a los minutos que se introduzcan. Cuando esté completamente fundido se incorpora a la mezcla dando lugar a una crema muy esponjosa. Por último lugar, se baten las claras, al punto de nieve, es decir, batir de tan manera que llegado el momento consigas dar vuelta al bol sin que se caiga lo que en su interior se contiene, con un poco de azúcar blanco para incorporar igualmente  a la crema.

Presentación del dulce:

En una fuente se coloca una capa de bizcocho cubierta por la crema de chocolate y se tapa con otra, así hasta una tercera, o más en atención a los cortes que hayas realizado en un inicio. La última se cubre con una capa espesa de nata montada.

Si te apasiona el dulce y quieres darle un toque todavía más sabroso a esta extraordinaria creación puedes realizar un almíbar a punto de habrá floja con dos yemas batidas, removiendo hasta que se vaya espesando, poco a poco, cuando esté en su punto exacto se cubre con él la tarta con mucho cuidado de que no se derrame por los bordes. Un buen complemento para la decoración es utilizar nata montada y virutas de chocolate negro o de colores, de acuerdo con los gustos personales de cada uno.

Plato a plato, la colocación de la porción:

Si importante es la imagen o estética que el postre en su conjunto ofrece a todos los presentes también lo es cada porción que se les ofrece, para ello es importante prestar atención al modo en que se realiza el corte. En este caso es recomendable servir la porción acostada, para evitar que el peso del almíbar haga desmoronarse la tarta, además podrás acompañarla de una capa extra de las virutas que hayas elegido y un buen truco es elegir una bola de helado en chocolate o vainilla, es un toque muy sutil que permitirá disfrutar, todavía  más de la textura esponjosa y suave del postre. Es muy sencillo de realizar y te llevará poco tiempo.