El roscón de Reyes no puede faltar en ninguna casa en la merienda de Reyes e incluso en la de la víspera, un día igual de mágico con las cabalgatas y los nervios de los niños que colocan con alegría sus zapatos en espera de los regalos.
Cocinar los roscones de Reyes es muy sencillo, se trata de un postre muy agradecido que cualquiera puede cocinar sin tener demasiada experiencia con masas y hornos. Tan solo hay un pequeño truco común a todos los bizcochos: trabajar bien la masa. Si nos paramos los suficiente para que esta quede esponjosa y oxigenada, el resultado será bueno sin duda alguna.
Aunque el relleno del roscón puede ser de todo tipo, yo he escogido el de trufa porque suele ser el favorito de los niños y a fin de cuentas es su día.
Ingredientes para un roscón relleno
Ingredientes del roscón:
350 gramos de harina de trigo de fuerza
25 gramos de levadura fresca de panadería
125 ml de leche entera
100 gramos de azúcar
75 gramos de mantequilla sin sal en punto pomada.
1 huevo entero más 1 yema grande
ralladura de 1 naranja
Unas gotas de aroma de ron. No lleva alcohol, así que es totalmente apto para los niños.
1 cucharada grande de Agua de Azahar
3 semillas de cardamomo bien machacadas
Una pizca de sal fina
Ingredientes del relleno:
½ litro de nata
2 cucharadas soperas de cacao
Azúcar al gusto.
Adornos:
Frutas escarchadas, azúcar glass, almendras, gominolas…
Preparación
Lo primero que hacemos es calentar un poco la leche, lo justo para dejarla tibia. Disolvemos en ella la levadura y la dejamos actuar unos minutos. Mientras tamizamos la harina y la mezclamos con la sal, el azúcar y la ralladura de naranja. Por último añadimos la leche y amasamos bien.
Añadimos a la mezcla la mantequilla, el cardamomo, el aroma, el agua de azahar y el huevo entero y seguimos amasando. Si vemos que es necesario le añadiremos un poco más de harina, la masa debe de despegarse bien de los dedos. Se deja fermentar la masa al menos dos horas.
Pasado el plazo volvemos a amasar y finalmente le damos forma al roscón y lo pintamos usando la yema que nos queda. Colocamos los adornos y la figurita y lo introducimos en el horno previamente caliente a 160 grados durante aproximadamente 20 minutos.
Una vez listo el roscón hay que esperar a que esté frío para cortarlo en dos partes. El relleno se hace mezclando la nata con el azúcar y el cacao y subiéndolo a punto de nieve. Para que quede bonito podemos usar una manga pastelera para el relleno.