Ingredientes para 12 raciones:
185 gr de mantequilla reblandecida
1 cucharadita de esencia de vainilla
220g de azúcar extrafino
3 huevos
160 ml de leche
300g de harina leudante
5 cucharadas de cacao en polvo
Glaseado de menta:
240 g de azucar glas
1 cucharadita de mantequilla
2 cucharadas de leche
esencia de menta
Glaseado de chocolate:
240g de azúcar glas
2 cucharadas de cacao en polvo
1 cucharadita de mantequilla
2 cucharadas de agua
Preparación:
Colocar la rejilla del horno y precalentarlo a 180-190ºC. Engrasar bien un molde de corona de 20 cm.
Batir la mantequilla, la esencia de vainilla y el azúcar en un cuenco pequeño con varillas eléctricas hasta que la mezcla quede ligera y esponjosa. Añadir los huevos, de uno en uno, y batir hasta que queden bien mezclados.
Pasar la mezcla a un cuenco grande; con una cuchara de madera, incorporar en dos tandas la leche y la harina mezclada y tamizada con el cacao. Echar la masa en el molde que hemos preparado.
Hornear el bizcocho alrededor de una hora. Dejarlo reposar en un molde 5 minutos y luego desmontarlo sobre una rejilla para que se enfrié.
Verter el glaseado de menta sobre el bizcocho ya frío y dejar que se endurezca a temperatura ambiente. Después echar encima el de chocolate, evitando tapar toda la capa de menta.
Glaseado de menta:
Echar el azúcar glas en un cuenco pequeño resistente al calor; con una cuchara de madera, incorporar la mantequilla y la leche necesaria para hacer una pasta firma. Poner el cuenco sobre un cazo con agua hirviendo y remover hasta que el glaseado adquiera una consistencia que permita untarlo (no sobrecalentarlo).
Glaseado de chocolate:
Tamizar el azúcar glas y el cacao en un cuenco pequeño resistente al calor; con una cuchara de madera, incorporar la mantequilla y el agua suficiente para hacer una pasta firme. Poner el cuenco sobre un cazo con agua hirviendo y remover hasta el glaseado adquiera una consistencia que permita untarlo (no sobrecalentarlo)
Sugerencias:
El molde puede ser cualquiera siempre que sea molde de 20 cm.
Si sobrecalentamos el glaseado, éste o cualquier futuro, corremos el riesgo de que el azúcar se cristalice con el calor. Dada la textura rígida y arenosa a la cobertura, intentar que el cuenco sea de cristal, metal o porcelana, ya que el plástico es mal conductor del calor.
Conservación:
En un recipiente hermético dura hasta 3 días. Si lo congelas, tiene que ser sólo el bizcocho, sin el glaseado, durando hasta 3 meses.