Cuando veo un spot publicitario en televisión o en revistas sobre chocolate, automáticamente se me hace agua la boca, y eso que no soy golosa. Pero el chocolate me chifla como a (por lo menos) varios de vosotros.

No os voy a dar recetas hechas con chocolate en este post, ya que hay muchas, pero si os voy a comentar los beneficios de este suculento y atractivo alimento.

El chocolate verdadero es «un alimento que se obtiene mezclando azúcar con dos productos derivados de la manipulación de las semillas del cacao: una materia sólida (la pasta de cacao) y una materia grasa (la manteca de cacao).  A partir de esta combinación básica, se elaboran los distintos tipos de chocolate, que dependen de la proporción entre estos elementos y de su mezcla o no con otros productos tales como leche y frutos secos.« (Wikipedia).

¿Culpable? ¿De qué crimen?

No importa de dónde venga, ni cómo se haga: lo importante es que el resultado final es riquísimo, tanto es así, que el consumo del chocolate que se produce mundialmente, el 60% solamente es para Europa, Estados Unidos y Canadá.

No debemos sentirnos culpables si nos gusta este delicioso manjar, ya que produce una sensación de bienestar en el organismo, entre todos los componentes que tiene,  hay una “Feniletilamina”, perteneciente a la familia de las anfetaminas, que desencadena en el cerebro un estado de bienestar emocional, también contiene cafeína y teobromina, alcaloides que también se encuentran en el café, té, el mate, el limón, etc., haciendo que estemos más despiertos a los estímulos que nos rodean.  Ya vemos que es un alimento bastante energético.

Más beneficios

También es un alimento antioxidante, además contiene fibra, potasio, fosforo, hierro, sodio, magnesio, calcio, cobre, zinc, selenio, vitaminas A, B1, B2, B3, B6, C y E, ácido fólico, etc., como veréis es un alimento muy completo.

También nos ayuda a despojarnos de la depresión, intensifica la libido, refuerza el corazón evitando el congestionamiento de las arterias y evitando problemas cardiovasculares, etc.

Amargo, pero sano

Como bien sabéis, hay muchos tipos de chocolate como el chocolate negro, chocolate a la taza, chocolate con leche, chocolate blanco, chocolate relleno, chocolate en polvo, etc., pero el chocolate que debéis “atacar” es el que tenga entre un 60% y 80% de cacao puro es el más sano que podéis encontrar, aunque tenga un toque amargo. Este tipo de chocolate no es recomendable en la gastronomía ya que su bajo contenido en manteca de cacao lo hace difícil para fundir y manipular.

Comer chocolate es una gran ventaja, pero ¡OJO!, no abuséis de él, todo lo que se come en exceso perjudica, no mejora.